Perú19/2/20



ABANCAYMiércoles 19/02/2020El segundo día también, por indicaciones de la encargada del hotel, se ha aventurado a conocer el parque Santuario Nacional de Ampay. Ha tomado un colectivo que le ha dejado en lo que el suponía que eran las proximidades del parque. Al bajar, ha preguntado que dirección debía tomar, un amable paisano le ha invitado a acompañarle. –Yo voy hacia allí, mi casa se encuentra de camino y cerca de la entrada al parque -le sugiere amablemente-El tipo inicia su andadura y el viajero trata de seguirle la marcha. Rápidamente comienza a sentir los efectos de la altura, las piernas no soportan la marcha y respira con dificultad.–Siga usted señor, yo necesito ir más lento, muchas gracias por su ofrecimiento -aclara el viajero-Toma asiento en el camino para descansar, cuando recupera parte de las fuerzas continúa caminando a paso lento, la empinada cuesta se le hace eterna. Al cabo de un buen rato se topa con una humilde casa, el señor está tomando un trago de pisco con su hijo y le invita a beber.–Esto es bueno para tomar fuerzas y seguir el camino -le proponen ambos-–Muchas gracias, no creo que eso a mi me convenga, se lo agradezco de corazón -responde el viajero-–Cuídese y tenga cuidado con sus pertenencias -le advierten-Camina despacio y parando cada poco, su cuerpo le dice que, con seguridad, ha superado su límite de tres mil.–Debo tener una especie de altímetro interno que al sobrepasar un determinado –Debo tener una especie de altímetro interno que al sobrepasar un determinadolímite descontrola mi organismo en señal de alarma –se queja el viajero en soliloquio–
 Efectivamente, puede comprobar con su celular que ha partido de 2800m y que su destino se encuentra a unos 3300m.Casi derrotado y a punto de abordar la entrada al parque, tiene serias tentaciones de abandonar.En la entrada debe inscribirse y pregunta cuanto demora aproximadamente el acceso a la primera laguna Angasqocha. El guardaparques le indica que aproximadamente una hora. Descansa un rato antes de empezar el ascenso y lo inicia a paso lento y cansino. Hay un gran desnivel y una sucesión interminable de escalones. Cada poco debe parar y la tentación de abandono le ronda permanentemente por la cabeza.El perro que estaba en la casa de los guarda parques le acompaña y, pacientemente, espera en cada parada a que el viajero vuelva a iniciar su marcha.
–Estás viejo y desentrenado, ya no estás para estos trotes –se dice a sí mismo intercalando ciertas interjecciones que es prudente omitir–; mientras aspira el ventolín con la esperanza de que mejore su nivel de oxigenación.
Después de interminables paradas, cuando todavía se encontraba a mitad de camino aproximadamente, se inicia una fuerte tormenta y tiene que refugiarse como puede dentro de la vegetación. Al rato dos personas a buen paso con bastante carga le saludan y le rebasan.Gracias a la tormenta ha podido ampliar su descanso y se encuentra un poco más animado. Sigue y sigue, para y para. Mira su reloj, lleva dos horas y no hay signos de que se esté aproximandoCasi derrotado, a las dos horas y cincuenta minutos llega a la laguna. Siente una gran satisfacción por haber superado el reto.
Al otro lado de la laguna observa a dos personas que están haciendo tocar un tambor a modo de rito ancestral y se acerca al lugar. Son los que le habían rebasado en e camino un joven y una señora de cierta edad que parece ser su madre. Después de un rato interesantísimo de charla, toca volver y las rodillas se retienen en la bajada. Dos horas para regresar, tomar el colectivo y retirarse hecho pedazos.  ASCENSIÓN A LA LAGUNA ANGASQOCHA DE AMPAY



DE CAMINO A AYACUCHO

Jueves 20/02/2020 
Se levanta temprano, como de costumbre, y se dirige a tomar una combi (minibús) que le llevará a Ayacucho, según le informan el viaje demora ocho horas. Todo parecía ir de acuerdo al horario previsto cuando, a una hora y media aproximada de recorrido, entran en un gran atasco, el chofer adelanta por el carril de la izquierda buscando posicionarse lo más adelante posible, encuentra un hueco y baja a investigar la razón del parón. Las personas especulan sobre si se trata de un accidente o de un derrumbe. Al rato, el chofer indica que se trata de un derrumbe y que la pala está tratando de abrir camino. Los pasajeros se bajan y se acercan a curiosear. Una lengua de tierra, barro y piedras cubre el asfalto por completo y un autobús se encuentra cruzado y atrapado por el fango.
–Buenos días señores -saluda el viajero a dos policías que se encuentran vigilando las labores de rescate- ¿qué a sucedido?
–De madrugada se ha producido el derrumbe y hemos parado la circulación, hasta que los trabajos de limpieza permitieran restablecerla. El chofer del bus no ha hecho caso de las advertencias y se ha quedado atrapado en el fango, que cubre casi por completo sus ruedas. -responde amablemente uno de los policías, mientras el otro añade que no se puede ser tan terco-Una pequeña pala trata de retirar la gran masa de tierra y otras personas, con pico y pala, tratan de limpiar la parte trasera descubriendo las llantas y el barro de debajo. Cuando las labores para desatrapar el bus parecían tocar su fin, un mal golpe con el pico ha roto el cárter y por el boquete ha salido todo el aceite del motor. Con lo cual, ya no era posible ponerlo en marcha y había que esperar ayuda mecánica para la reparación.
En esas condiciones, el chofer de la combi ha tenido que tomar una ruta alternativa para superar la barrera a través de una carretera antigua, sin asfaltar.
La broma ha supuesto alargar el viaje casi tres horas hasta llegar a la terminal de Andahuaylas aproximadamente en el primer tercio de la ruta. Cambio de combi y otras seis pesadas horas hasta llegar a la terminal de Ayacucho ya de noche.
Cansado y agotado deja su equipaje en el hotel y toma una ligera cena y se retira a continuación.


DE CARNAVALES EN AYACUCHO
Del viernes 21 al lunes 24/02/2020


La ciudad de Ayacucho se encuentra revolucionada en protesta contra el alcalde porque la noche del viernes, efectivos de la municipalidad han iniciado la retirada de las verjas que rodean los jardines. Los exaltados manifestantes no aceptan que esa retirada se haya realizado de noche y sin consulta previa a la ciudadanía. Megáfono en mano argumentan que eso forma parte del patrimonio de la ciudad, incluso añaden la palabra histórico. Han retirado la bandera que ondeaba en el centro de la Plaza de Armas y en su lugar han izado una enorme bandera negra. Por el recorrido de la plaza habían instalado unas plataformas metálicas con gradas para facilitar la visión del recorrido de las comparsas. Parte de los manifestantes han derribado alguna zona en señal de protesta.
Se escuchan comentarios de todo tipo de lo más disparatado, que si las verjas pretendían llevarlas a Europa para venderlas, que sí iban a cobrar diez soles por sentarse en las gradas y cualesquier otros bulos sin el mayor fundamento lógico.
El viajero escucha y se mete en los corros en los que se van haciendo propuestas de acciones contra el alcalde. La policía equipada con ropas de asalto y escudos espera paciente protegiendo el edificio de la la municipalidad. Los más exaltados tratan de convencer a los asistentes a una especie de asamblea mal organizada que, si el alcalde no cedía, se suspenderían los carnavales.
A mediodía un grupo de operarios municipales, protegidos por la policía, comienzan a reponer las verjas, volviéndolas a soldar y eso hace que los ánimos se calmen. Del mismo modo, la empresa que realizaba el montaje  de las gradas metálicas comienza a desmontarla y a retirarlas, para el anochecer la Plaza de Armas vuelve a estar como antes del conflicto. Se retira la gran bandera negra y en el mástil ondea la de Perú.
El viajero comenta con algunas personas que las verjas, como mucho, no tienen más de treinta años y que la misión en su día seguramente era, y es, evitar que la gente pise el prado y estropee las flores de los jardines, amén de impedir el paso a los perros que pululan por la ciudad sin dueño aparente. Entiende que el único argumento en contra de la actuación de la municipalidad es que debería haberse negociado la retirada del vallado con la ciudadanía, pero que a él no le parece en absoluto estético y que el material utilizado carece de valor histórico y no es de buena calidad. Que la protesta tiene como fondo el malestar de parte de la ciudadanía por la gestión municipal que probablemente no está respondiendo a las expectativas generadas.
Lo cierto es que el alcalde ha dado marcha atrás.




La mañana del sábado, la plaza y la calle por donde van a acceder las comparsas, está completamente llenas de sillas de alquiler. El viajero entiende que esa solución es muchísimo peor que la existencia de las gradas que hubiera permitido que un mayor número de personas pudieran disfrutar, con mayor visibilidad del evento.
Con su cámara en ristre, camina al encuentro de las comparsas y comienza la fiesta. Este primer día de desfile está dedicado a las comparsas institucionales.
Innumerables comparsas van desfilando, el sol empieza a castigar y, con toda clase de remedios para combatirlo: cerveza, pisco y otras bebidas, los animados grupos toman esas medicinas, que les aportan fuerza y vigor, para soportar el calor y engrasar el cuerpo para la danza. 
Una tras otra, sin solución de continuadad, las comparsas, llenas de colorido y buen humor desgranan sus mensajes bien acompañados por los músicos que, el público agradecido premia con sus aplausos.

Más de cuatro horas disfrutando de la alegría de la ciudad. El cuerpo pide un descanso y necesita alimento. El viajero siente la espalda cargada y se retira.
De camino le invitan a entrar en uno de los locales: la comparsa de los fiscales. La gente le saluda y le invitan a tomar cerveza y pisco. Un rato de charla alborotada por los efectos etílicos y definitivamente se retira al hotel. Demasiada juerga.



Domingo, día importante, hoy salen, según le han dicho, unas ciento ochenta comparsas. El día está soleado y hace calor. El viajero toma asiento en una de las sillas situadas a todo lo largo del recorrido principal. Prefiere esperar sentado para evitar el cansancio prematuro. Comienza el desfile y las comparsas desgranan sus canciones al son de las bandas.
Una característica de las comparsas de Ayacucho, a diferencia de las morenadas de Puno, es que utilizan instrumentos de cuerda, percusión y flauta.
Las mujeres llevan indefectiblemente unos envases con talco, que utilizan para embadurnar los cachetes de los miembros de la comparsa y, lo que resulta menos agradable, para esparcirlo entre los espectadores.
Al viajero lo han llenado de talco y, se ha pasado mucho tiempo en limpiar la cámara, con el temor de que se pudiera malograr.
La gente reía cuando le embadurnaban al gringo y mucho más cuando lo hacían con una pareja de policías que tenía a su lado.
Así poco a poco, ha transcurrido la mañana y parte de la tarde, hasta que el viajero se ha cansado y se ha retirado al hotel a comprobar las grabaciones de la cámara.
El desfile dura todo el día y gran parte de la noche.
El lunes continúa la fiesta y el viajero sale a continuar con la rutina, es el último día en Ayacucho y debe continuar su improvisada ruta, debe decidir a dónde ir, seguirá rumbo a la costa y luego hacia el norte.
–Decididoimprovisa el viajero–. Me voy a Ica, aunque ya estuve allí, no me importa volverlo a visitar. Y después a Lima, ya estoy cansado de las largas travesías en autobús. Una noche en Lima y luego en avión a Piura. Después, Dios dirá.

CARNAVAL AYACUCHANO


A continuación una colección de vídeos del carnaval. El viajero se ha empeñado de que los cuelgue y no soy quien para contradecirle. 




VÍDEO DE CARNAVAL PARTE 3



ICA
Del martes 25 al jueves 27/02/2020
El viaje de Ayacucho a Ica se le hecho muy pesado y, el martes, apenas ha salido del hotel para dar una vuelta por la ciudad, lo típico: plaza de armas, mercado de abastos y poco más. Ni siquiera ha sacado la cámara. En el hotel Daniel, tenía buena velocidad de internet y ha tratado de reducir el retraso de sus crónicas.
El miércoles lo ha dedicado a visitar una bodega de cierto renombre: Tacama, que tiene fama de fabricar buenos vinos y sobre todo un excelente pisco quebranta.
De vuelta a la ciudad se ha vuelto a meter en la tarea de alimentar el blog.
El jueves la añoranza le ha llevado a Paracas y a recordar su visita a Islas Ballestas.
–Ha sido una idea magnífica –murmura el viajero– todo se encuentra tal como lo recuerdo. Un paraiso para la multitud de aves que descansan tranquilas depositando el guano (excremento) en las rocas y proporcionando un intenso olor que lo impregna todo. Actualmente apenas se explota el guano que ha sido sustituído por abonos industriales. Gran cantidad de leones marinos descansan placidamente en las playas de piedra junto a las cuevas. Se aprecian un sinnúmero de pequeñas crías que alborotan con sus gemidos. ¡Una maravilla! Misión cumplida.






ISLAS BALLESTAS 




PARADA TÉCNICA EN LIMA 
Viernes 28 y Sábado 29/02/2020
Cuatro horas de viaje par ta llegar a Lima, el viajero se ha vuelto a alojar en el hotel Tierra Viva, los muchachos de la recepción saludan su regreso. Se encuentra cómodo en este alojamiento. Descansa un rato y sale a comer. Ni siquiera se ha molestado en deshacer la maleta, mañana  debe tomar un vuelo a Piura, otro destino improvisado sin un propósito especial. Simplemente va en dirección al norte.
La tarde la ha dedicado a vagabundear sin cámaras por los alrededores y a saborear un delicioso pisco sour.
El sábado ha retomado el blog, muy abandonado, y a la tarde ha ido al aeropuerto para tomar su vuelo.
Como siempre las ventanillas de embarque estaban abarrotadas de pasajeros, y la facturación de su maleta le ha demorado casi una hora en la interminable fila. ¡Pura rutina viajera!


PIURA
Sábado 29 al martes 03/03/2020
Como viene siendo su habitual forma de reservar hoteles, únicamente lo hace por una noche. Una vez allí comprueba si la habitación está a su gusto y decide qué es lo que pretende hacer, para después consultar si se puede quedar más noches. En esta ocasión ha decidido quedarse tres noches.
El sábado y el domingo simplemente se ha dedicado una toma de contacto con la ciudad y a realizar labores de intendencia, lavandería y preparar presentaciones para el blog. 
El lunes ha tomado un bus a Paita para dar un paseo por los alrededores del puerto pesquero y tomar fotos de los leones marinos que se han adaptado a la presencia humana y dormitan plácidamente en los bajos de las pasarelas de madera y en las orillas de las naves industriales.
Una gran cantidad de pelícanos cubren las cubiertas de las embarcaciones y de cuando en vez se lanzan en picado al agua para atrapar algún pez que les sirva de alimento.
La visita ha sido muy satisfactoria.


PUERTO PAITA


MÁNCORA
Martes 03/03/2020
–¡Bueno, ya he llegado a Máncora! –exclama el viajero al bajar del taxi que le ha  transportado junto a una familia– 
El tipo, engaña turistas, le dice que le lleva hasta el hotel.
–Ya le acerco al hotel, los mototaxis son caros y poco seguros –afirma el pata
Por encima de los treinta soles acordados, trata de llevarse diez más por acercarle a menos de cinco cuadras. Lamentablemente es muy habitual ese comportamiento. El viajero le da cinco, aun a sabiendas de que debería estar incluido en el precio inicial. Es la ley de los que se quejan de vivir en un país de políticos corruptos y, acto seguido, te pegan el sablazo sin contemplaciones.
–Pensándolo bien, haciendo memoria, recuerdo que en San Fermín, en mis años mozos, la gente se buscaba la vida de igual manera. En cuanto detectaba un turista, trataba se sacarle la entretela sin escrúpulo alguno. –recuerda el viajero
En la recepción, una muchacha encantadora le recibe con gran solicitud. Buena conversadora, que tiene el sueño de viajar a España. 
Su idea inicial, al ir a Máncora, era descansar unos días, relajarse en la playa y terminar de recuperar los días atrasados en su crónica de viaje.
Pero, lo que suele ocurrirle, la escasísima velocidad de internet no le permite cumplir con su objetivo. Además, el lugar no le ofrece garantías de seguridad, pura intuición viajera. No se ha atrevido a llevar la cámara a la playa.
Adelanta de este modo su regreso a Lima. Irá primero a Tumbes y de allí, en avión, a la capital.


TUMBES
Martes 04/03/2020
Son las diez de la noche. Ya he conseguido estar al día en mi crónica viajera –dice el viajero animado– El viaje ha sido de cuatro horas en una minivan destartalada, seguramente poco legal, pero muy barata. Llegue a mediodía y el hotel elegido es muy cómodo, habitación amplia y con todas las comodidades. Internet va de lujo. Esto me ha permitido poner al día mi crónica. La ciudad es populosa, más grande que Pamplona. Hace calor, mucho calor y en el centro, cerca de la Plaza de Armas, un constante bullir de gentes se arremolina en torno a los comercios y charla amigablemente en las calles peatonales acomodada en los bancos. Los parterres y jardineras se encuentran repletos de desperdicios que afean el comportamiento incívico del personal. Para encontrar una papelera donde arrojar mi botellín de agua he tenido que recorrer más de cuatrocientos metros del paseo peatonal y, curiosamente estaba casi vacía. No he sacado mi cámara. Me han aconsejado que no lo hiciera. Mañana lo intentaré.


TUMBES: Puerto Pizarro
Miércoles 05/03/2020
–Buenos días señor –saluda el viajero– ¿dónde se toman las carros para ir a Puerto Pizarro?

–Siga dos cuadras más y tome un pequeño colectivo que le lleva por dos soles –responde amablemente el interpelado
Una minivan destartalada indica en un cartel pegado en la luna delantera Tumbes-Puerto Pizarro. El viajero saluda y se acomoda en uno de los asientos, mientras espera que se ponga en marcha los pasajeros conversan, ¡cómo no! del monotema del coronavirus.
Cuando llega a Puerto Pizarro, un grupo de voceros les abordan para ofrecerles un paseo. Al viajero eso le resulta molesto.
Déjenme bajar tranquilo, por favor –responde el viajero malumorado
Un señor se le acerca muy tranquilo y educado y le ofrece un paseo por un precio bastante ajustado, teniendo en cuenta que va a ir solo en la embarcación. Le da buena espina y acepta el paseo.
–Me llamo Juan ¿y usted? ¿de donde es?
–Me llamo Luis y soy de España, del norte de España, cerca de Francia.
La conversación gira en torno a si al viajero le gusta Perú y otras otras preguntas que con frecuencia le hacen sobre que es lo que más le ha gustado, si le gusta la comida, su edad, etc. Por cierto, esta vez no le han preguntado por su equipo de futbol, lo cual el viajero agradece.
Poco a poco Juan le anuncia los lugares a los que se va aproximando: isla del amor, manglares, criadero de cocodrilos, isla de las garzas blancas, etc. El rumor del peque peque y el sonido del agua le relajan.
Una parada en una playa tranquila y una degustación de ceviche de conchas negras ha sido el colofón apropiado del tranquilo paseo por las aguas calmas y cálidas de los manglares.
Terminado el paseo regreso a Tumbes y preparación del viaje de regreso a Lima. Un chapuzón en la piscina del hotel y vuelta a pasear por los aledaños.